La mayor parte de sus jugadores tenían problemas musculares y, en un error al recular, Marcelo marcó el tercero en el 118. En el 120 el árbitro señaló un claro penalti cometido por Gabi, que convirtió Cristiano, con una desmesurada celebración para el pobre partido que había firmado, buscando en todo momento captar la atención de las cámaras. En semifinales, la escuadra de Simeone se enfrentó al Chelsea, que venía de eliminar a Galatasaray y PSG.